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Las plantas comestibles y medicinales y los Bere (1)




No cabe duda de que los antiguos Bere tenían un gran conocimiento sobre un montón de materias, incluyendo todo lo que tuviera que ver con el reino “begetal”, es decir, las plantas, los árboles y la naturaleza en general.

Estudiando la obra de Alexandre Eleazar y de su hijo, Serdaniol, averiguamos que en sus magníficas “unibersidadi” se estudiaba ampliamente el mundo de las plantas, sus propiedades medicinales, cuáles eran comestibles y cuáles no y cómo aprovechar todo lo que nos pueden ofrecer, sin dañarlas innecesariamente, respetándolas y cuidándolas.

Fruto de este conocimiento y de la estrecha relación que tenían los llamados Bere con las plantas y, al igual que sucede con los topónimos, han quedado numerosos rastros y pistas en forma de nombres de plantas, ya sean nombres comunes o populares, cuyo origen es bastante remoto, así como nombres científicos que también delatan esta realidad en algunos casos.

Premisa de la que parte este artículo

Para identificar de la manera más fidedigna posible cuáles eran algunas de estas plantas comestibles y medicinales que tan bien conocían los Bere y que tan a menudo utilizaban, partiremos de la siguiente premisa:

Buscaremos en sus nombres comunes o científicos, e incluso en el nombre de sus frutos, sílabas o partículas relacionadas indudablemente con los Bere, como pueden ser Be / Ba, Ber / Bar/ Br, Bel / Ble, Ban / Ben, Go (refiriéndose a Dios), Ma (María o Madre) o similares.

Sabemos gracias a la obra de Eleazar y Serdaniol que el lenguaje primigenio y universal del que parten todas las lenguas utilizadas hoy en día, es decir, lo que Eleazar denomina “Elengoa”, fue sufriendo numerosos cambios y manipulaciones con el paso de los siglos.

Dos de esas manipulaciones, realizadas por los Paios, serán muy tenidas en cuenta a la hora de crear este artículo. Nos referimos a que, los Paios, en su intento de borrar todo rastro de sus adversarios los Bere, inventaron e introdujeron la letra “v” para sustituir la tan odiada por ellos letra “b”, ya que hace referencia directa al “Be” y a todo lo que tiene que ver con los Bere.

Del mismo modo, hicieron algo similar con la vocal “e”, incluida junto a la letra “b” en la sílaba “be” y que identifica inequívocamente a los Bere, sustituyéndola siempre que pudieran por su vocal más apreciada, la “a”. Y es que, de algún modo, al igual que la “e” se asocia con los Bere, la “a” se asocia con los Paios al estar incluida en las silabas “pa” y “ra”, tan importantes para ellos porque identifican a su dios padre.

Una vez dicho esto, procedamos a señalar algunos grupos de plantas en donde creemos que está reflejada claramente la huella de los Bere al contener las mencionadas sílabas.

Leguminosas y legumbres

Las leguminosas es el primer grupo de plantas que vamos a analizar y lo hacemos porque a los frutos de esta familia de plantas, que tienen forma de vaina, se los conoce con el nombre de legumbres, y sabemos que “Br” no deja de ser una contracción de la partícula “Ber”, por tanto, en realidad se deberían llamar “legumBeres”.

Por si este hecho no fuera lo suficientemente significativo, el nombre científico que se le da a esta familia de plantas en latín es FaBaceae o Faceas. Es decir, vemos claramente reflejada también aquí una silaba inconfundiblemente asociada a los Bere.

Una vez que tenemos claro que todo este grupo de plantas está relacionado con los Bere, procedemos a fijarnos en los nombres comunes de algunas de las casi 20.000 especies que componen esta familia y que también apuntan en esta misma dirección.

Empezamos, como no podía ser de otro modo, con las denominadas faBes, como también se le llama popularmente a las alubias, judías o frijoles (Phaseolus vulgaris), con las que se realiza la tradicional y riquísima “faBada”, siendo la asturiana una de las más populares.

Seguimos por la arveja o alverja (Pisum sativum), que es otra forma popular de denominar a la legumbre que en España conocemos como guisante y en otros lugares, como por ejemplo Méjico, se denomina chícharo.

Según lo comentado estos nombres deberían escribirse como “arBeja” y “alBerja”, con lo que no habría lugar a dudas de su relación con los antiguos Bere. Lo mismo pasa con otra legumbre muy similar, denominada Beza (Vicia sativa), entre otros muchos nombres, y que se utiliza en la actualidad más como alimento para pájaros que para consumo humano.

Seguimos con la haBa (Vicia faba), cuyo nombre y forma nos recuerda bastante a las fabas. Se trata de una legumbre muy relacionada con los antiguos “Abe” (aquellos sabios que enseñaban las ideas y filosofía Bere en el pasado, es decir, la “Berdadi”). Hoy en día, se la relaciona con el popular “Roscón de reyes”, un dulce español típico de la Semana Santa en cuyo interior siempre se esconde una de estas legumbres.


Por último, hablamos del garBanzo (Cicer arietinum), una legumbre famosa en todos los continentes, a los que se ha adaptado sin ningún problema y con la que se hace el riquísimo “potaje”, otro plato típico de la Semana Santa española. Por su nombre, que contiene la partícula “Ban”, sospechamos que esta legumbre puede estar relacionada con la rama de los Bere de idéntico nombre, que procede de los descendientes de la Xuride Margorite.

En próximos artículos seguiremos analizando otras familias y grupos de plantas que, tal y como hemos visto, tienen numerosos visos de estar relacionadas con los Bere, centrándonos en aquellas especies que cobran mayor importancia por sus propiedades medicinales o porque se han convertido en un alimento ampliamente consumido por los humanos, algo que debemos, muy seguramente, a la sabiduría y buen hacer de nuestros nobles antepasados.

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